lunes, 25 de enero de 2021

Así viajó mi padre



















Mi papá llego a Venezuela en 1934 en un barco, en tercera porque no había cuarta, así contaba él.

Hitler había llegado al poder en 1933 en Alemania y comenzó a perseguir judíos y minorías.

En Polonia ya los judíos eran discriminado en algunos lugares, tenían que estudiar bachillerato de pie contaba mi padre, y solo aceptaban a dos por salón de clases y parados.

Así que, entre la discriminación religiosa en Polonia y que los nazis estaba creciendo e iban hacia allá mi abuelo mando a su hijo mayor -mi padre de 19 años- a América donde habían descubierto El Oro negro en 1933 y se decía que había mucho trabajo. 

Escogías entre Canadá o Venezuela, y bueno salió mi papá desde Alemania a Venezuela pues habían unos conocidos de mi abuelo, la familia Lerner que ya se habían venido.

Agarro tren de Varsovia a Hamburgo, tramites de consulados, etc. y se monto en el barco que lo llevó a Puerto Cabello, al bajar lo primero que probó fue un fruta jugosa y dulce, como me contaba siempre, que le encantó, pues había probado era una piña seca por allá en Polonia y ahí al bajar del barco estaba al natural.

En fin, comenzó a trabajar vendiendo cosas de puerta en puerta, solo sabía contar hasta diez y decir "vendo" y "compre”.

Aprendió español,  trabajando en ventas y en 1941 conoció a mi mamá, se casaron en 1942.

Mi abuela aunque era católica lo acepto, no era mi mamá solamente la que debía aceptarlo sino mi abuela que era viuda con 14 hijos, y decía que fue "porque era un hombre trabajador y un buen partido", lo dice en una carta mi madre explicándole a una hermana.

Se casaron por ambas religiones, aunque estaba prohibido casarse con judíos por la iglesia católica consiguieron un cura católico que lo hizo pues mando la solicitud para pedir permiso al Papa, no sabemos si llegó la respuesta.

Lo que vino después es una historia más larga, donde muchos aun somos protagonistas.