viernes, 29 de abril de 2016

Malasia - Malaca, Kuala Lumpur y Rangún


Desde Singapur aborde un autobús hacia Malaca (un estado de Malasia), la conocida ciudad ubicada en el estrecho que separa la península con indonesia. 

Es un estrecho importantísimo e histórico en el desarrollo de la conexión entre Asia, la India y el golfo. 

Grandes batallas y hechos se sucedieron en este estrecho. Después de un trayecto de 4 horas en bus llegue a Malaca, pueblo particular que como todo puerto pareciera no ser atractivo. 

Malasia es un país muy parecido a Venezuela en su clima y su desorden. El puerto de Malaca se distingue por su folklore y mercados de intercambio de mercancías. 

Habían unos taxis en bicicletas de lo más pintorescos. 

Conocí de un retiro llamado Vipassana donde pasas diez días en silencio y con comida vegetariana y meditación. Me inscribí en el mismo para realizarlo cerca de Kuala Lumpur. 

Conocí una alemana que después de mucho viajar se instaló allí en Malaca y da clases de yoga e inglés. Me asombro que una persona después de viajar tanto haya decidido instalarse en este pueblo al cual no le conseguí nada particular aunque con bastante historia. 

Desde allí seguí en bus a Kuala Lumpur.


Llegar en autobús a la capital de Malasia fue toda una experiencia, recorriendo una autopista en perfecto estado, no deje de pensar en porque Venezuela está en tan malas condiciones. 

El terminal de autobuses súper moderno asemejando un aeropuerto y conectado fácilmente con la ciudad por otros autobuses y metro. Muy fácilmente, solo con mi inglés pude agarrar metro y dirigirme hacia el hotel que había reservado. 

Malasia está muy desarrollando. Llegue al hotel y salí a dar una vuelta por las torres y la zona. Tomé un servicio de autobuses gratuitos qué hay para turistas, cuatro líneas que puedes intercambiar una con otra y vas recorriendo toda la ciudad. 

La comida en malasia es excelente, en sabores, colores y variedad. Los centros comerciales únicos con su ambiente y sus ferias de comida. 




En otra ocasión hasta arepas conseguí, y después de dos meses sin una arepita pues la disfruté muchísimo. 

Mercados de curiosidades desde ropa, comidas, accesorios y brujerías. El interactuar con musulmanes asiáticos da una vivencia extraordinaria sobre lo ignorantes que somos en cuanto a esta religión y sus distintas ramas. Una ciudad muy cosmopolita y llena de vida diurna y nocturna.

Fotos: aquí

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