El autobús tardo horas
en llegar pero llegó, nos montamos en un ferry
entre las dos islas de Java y Bali y llegamos a Denpassar a las siete p.m.
No fue nada bonita esa
llegada al terminal, algo tipo La Bandera en Caracas y era de noche, realmente
gracias a que andaba con Siska pude sobrevivir de los acosadores de turistas.
Nos hospedamos en Denpassar
en un buen hotel, siska estaba como en un sueño, pues estaba conociendo su país
conmigo.
Al día siguiente
salimos a ver Denpassar, nada especial excepto el mercado y el darme cuenta
estaba ahora en una isla totalmente HINDU, o sea, dioses en las calles, rezos y
ofrendas por las aceras.
Para Siska que es
musulmana era otro mundo estar ahí.
Nos fuimos a KUTA
BEACH ese día y tomamos varios paseos a distintos pueblos costeros, vimos
festival de bailes hindúes, fuimos a tiendas de joyerías y de artesanías y
también de batik.
Algo significtivo fue
ir a las haciendas de café donde se extrae uno de los cafés más caros del mundo
que es evacuado por unos animales que se comen la mejor semilla de café del
árbol pues por instinto lo saben y luego evacuan y se recoge la semilla que no
es digerida y se saca café de allí.
Otro paseo fue el de
ver los monos en un parque como ir al parque del este a un monasterio hay ahí y
que te salgan monos por doquier.
Siendo el clima de
indonesia igual al de Venezuela la fauna es diferente pues los monos están en
cualquier lugar.
Las artesanías de todo
tipo que se consiguen en la isla de Bali son extraordinarias, es algo realmente
único ver la creatividad de esta gente y de lo que son capaces en trabajos de
madera, de joyería , de vestimenta, realmente todo un arte.
Si regreso a indonesia
iría sin maletas para comprar bellezas, son fabricadas a mano allí por
artesanos, y las venden súper económicas.
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